jueves, 31 de enero de 2013

Fragmentos de casi, un delirio.


¿Para qué complicarnos?
Y más sino sabemos manejar la situación...En el momento de la verdad, mis palabras se ahogan en el miedo y la situación se queda igual de desesperante que siempre.
A lo que se suma que a ti eso ni si quiera te incomode y te conformes con lo que hay, mientras yo acabo derrumbada tras una fachada de indiferencia. El iceberg se deshace, quedando cada vez menos superficie al descubierto sobre la que mantenerse a salvo de terminar ahogada.
Pero quizás te des cuenta o igual ya sea demasiado tarde.

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Incongruente hasta la saciedad pero con silencio como respuesta la certeza queda más que tangible. Decepciona y nubla la percepción, más deja claro que no hay nada "salvable".
¿De qué sirve tirar de la cuerda si en cualquier momento va a romperse?
La tensión agota y desgasta, hasta que se transforma en indiferencia, donde ya nada duele, donde ya nada molesta ni importa.
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No creo que la capacidad de valorar a las personas sea la misma si cambiamos de mente, quizás no hablamos de máximo o mínimo, sino de maneras y objetivos. Lo más básico y simple que a primera vista convence, es obvio que todos lo vemos por igual, la opinión y preferencia no va en este plano. Y esto es lo que nos hace diferentes, lo que marca un tipo de persona u otro, lo que hace especial aquello que se sale de lo 'común' de la corriente y del rebaño. Lo difícil es meterte en la mente de alguien y darte cuenta de como es, lo divertido está en averiguarlo mediante pistas y lo satisfactorio en avanzar y llegar hasta el interior sin tener que destrozar ninguna de sus barreras.

jueves, 24 de enero de 2013

The dark side of the moon.

Si todo hubiera salido bien, seguiría igual con ella, con sus locuras y enfados tontos, con su risa y su "mira que eres bobo", con lo fácil que es discutir y lo bonito que es reconciliarse. Con disfrutar juntos de la música, con enseñarla mundos que no conoce, con jugar, con hacer planes para pasar horas a su lado, con volver de noche y darla un beso antes de decirla adiós. Con oír su respiración si dormía a mi lado, con besar su nariz y que justo cerrara los ojos como si no necesitara nada más en ese momento, con que me sacara la lengua cuando se picaba por una de mis chorradas.
Pero, las cosas, son así...cuando rompes algo material, nunca más vuelve a ser lo mismo. Bueno, pues a lo sentimental, algo parecido le pasa. Demasiado esfuerzo supone arreglar algo que está roto en millones de cachitos ... ¿no?