domingo, 27 de marzo de 2011

pinpanpum




Nos perseguían con antorchas y tridentes. Habíamos pecado en un mundo de locos, que irónica es la vida a veces. En algún momento del camino me frené, como si hubiese un p*** STOP con letras antimiopes delante de mí. En seco, con cada uno de los músculos tensos y los huesos entumecidos, mientras una gota de sudor resbaló por mi espalda. Intentaron tirar de mí los pocos "cuerdos" que habían decidido junto conmigo tomarse la vida de otra forma, no quería saber ni recordar cómo habíamos llegado a esta situación, se había ido de las manos mirara por donde la mirara. De repente, continué corriendo, pero con ganas de llegar al horizonte y saber que no lo hago porque la situación me obligue, sino porque quería seguir siendo, la que sobresale entre los borregos ;)